Muchas personas atribuyen el sobrepeso y la obesidad a las malas elecciones dietéticas y la inactividad física, pero la inmensa mayoría de las veces no es así de simple.
Otros factores pueden tener efectos importantes en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad, algunos de los cuales están fuera de tu control.
Entre estos factores podemos encontrar la genética, factores ambientales, ciertas afecciones médicas y algunos más que descubrirás en este artículo.
A continuación, te dejo 9 razones por las cuales el sobrepeso y la obesidad no dependen exclusivamente de la dieta y el ejercicio.
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Contenidos
Genética y factores prenatales.
La salud es especialmente importante durante las primeras etapas de la vida, ya que esto afecta a la salud del bebé en su vida adulta. De hecho, se puede determinar mucho mientras el feto todavía está en el útero (1).
La dieta y el estilo de vida de la madre son muy importantes y pueden influir en el comportamiento futuro y la composición corporal del bebé.
Los estudios muestran que las mujeres que aumentan de peso en exceso durante el embarazo tienen más probabilidades de que su hijo presente sobrepeso a los 3 años (2, 3).
Del mismo modo, los niños que tienen padres y abuelos con obesidad tienen muchas más probabilidades de padecer obesidad que los niños con padres y abuelos con normopeso (4, 5).
Además, los genes que hereda el bebé de sus padres, pueden determinar su susceptibilidad al aumento de peso (6).
Aunque la genética y los factores de vida en las primeras etapas no son los únicos responsables de la obesidad, contribuyen al problema al predisponer a las personas al aumento de peso .
Alrededor del 40% de los niños con exceso de peso continuarán presentando sobrepeso u obesidad durante su adolescencia, y el 75-80% de los adolescentes con obesidad mantendrán esta afección hasta la edad adulta (7).
La genética, el peso de la madre y los antecedentes familiares pueden aumentar la probabilidad de obesidad infantil y adulta.
Hábitos durante el nacimiento, infancia y la niñez.
Aunque se desconoce el motivo, los niños nacidos por cesárea parecen ser más propensos a desarrollar obesidad en el futuro (8, 9).
Esto también ocurre para los bebés alimentados con leche fórmula, que tienden a presentar un mayor peso que los bebés amamantados (10, 11, 12).
Esto puede deberse a que cada grupo (alimentados con leche de fórmula y alimentados con lactancia materna) grupos desarrolla diferentes bacterias intestinales, lo que puede afectar el almacenamiento de grasa (13).
Es importante tener en cuenta que estos factores generalmente no ocurren por elección de la madre o del bebé, pero parecen estar relacionados con el riesgo de obesidad del niño/a.
Además, la formación de hábitos alimenticios saludables y de ejercicio durante la infancia puede ser la prevención más valiosa contra el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades relacionadas con el estilo de vida.
Si los niños pequeños sienten gusto por los alimentos saludables en lugar de los alimentos ultraprocesados, les ayuda a mantener un peso normal durante toda su vida.
Ciertos factores de la infancia pueden afectar al riesgo de una persona de sufrir obesidad más adelante. Estos incluyen el método de parto, la lactancia materna y los hábitos alimenticios y de ejercicio de la infancia.
Medicamentos o condiciones médicas.
Muchas afecciones médicas solo se pueden tratar con medicamentos.
El aumento de peso es un efecto secundario común de muchos de estos medicamentos, incluidos los medicamentos para la diabetes, los antidepresivos y los antipsicóticos (14, 15, 16).
Estos medicamentos pueden aumentar tu apetito, ralentizar tu metabolismo o incluso alterar la capacidad de tu cuerpo para quemar grasa, aumentando la tasa de almacenamiento de grasa.
Además, muchas afecciones médicas comunes pueden predisponerte al aumento de peso. Un ejemplo clave es el hipotiroidismo.
El aumento de peso es un efecto secundario común de muchos medicamentos, incluidos los medicamentos para la diabetes, los antidepresivos y los antipsicóticos.
Hormonas del hambre
El hambre y la alimentación incontrolable no solo son causados por la gula o la falta de fuerza de voluntad.
El hambre está controlada por hormonas y sustancias químicas cerebrales muy potentes, que involucran áreas de tu cerebro que son responsables de los antojos y las recompensas (17, 18).
Estas hormonas funcionan de manera inadecuada en muchas personas que sufren obesidad, lo que altera su comportamiento alimenticio y provoca un fuerte impulso fisiológico para comer más.
Tu cerebro tiene un centro de recompensas, que comienza a secretar dopamina y otras sustancias químicas para hacerte bien cuando comes.
Esta es la razón por la cual a la mayoría de las personas les gusta comer. Este sistema también garantiza que comas suficiente comida para obtener toda la energía y los nutrientes que necesitas.
Al comer productos ultraprocesados se produce una liberación mucho mayor de estos químicos para sentirte bien, que la que se produce al comer comida real. Esto produce una recompensa mucho más poderosa en tu cerebro (21, 22, 23).
Entonces, lo que ocurre es que tu cerebro aprende que los productos ultraprocesados le aportan una mayor recompensa. Esto puede conducir a un círculo vicioso que se asemeja a la adicción (22, 23, 24).
El hambre está controlada por hormonas poderosas. Estas hormonas a menudo funcionan de manera inadecuada en personas que sufren obesidad, lo que provoca un fuerte impulso fisiológico para comer más, lo que resulta en un aumento de peso.
Resistencia a la leptina
La leptina es una hormona muy importante que ayuda a regular tu apetito y el metabolismo (27).
Es producida por los adipocitos (células que almacenan la grasa) que envían una señal de tu cerebro para indicarle que deje de comer.
La leptina regula la cantidad de calorías que comes y quemas, así como la cantidad de grasa que almacena tu cuerpo (26).
Mientras más grasa contengan los adipocitos, más leptina producen. Las personas con obesidad producen mucha leptina.
Sin embargo, también tienden a tener una afección llamada resistencia a la leptina (27).
Por lo tanto, aunque su cuerpo produce mucha leptina, su cerebro no lo ve ni lo reconoce. Cuando su cerebro no recibe la señal de la leptina, piensa erróneamente que se está muriendo de hambre, incluso se tiene suficiente grasa corporal almacenada (28, 29).
Esto hace que su cerebro cambie la fisiología y el comportamiento para recuperar la grasa que cree que le falta (30, 31, 32).
El hambre aumenta y se queman menos calorías para evitar la desnutrición. Intentar ejercer fuerza de voluntad contra la señal de hambre impulsada por leptina es casi imposible para muchas personas.
La resistencia a la leptina es común en personas que sufren obesidad. Su cerebro no reconoce el incremento de la leptina que se produce y cree que se está muriendo de hambre. Esto provoca un poderoso impulso fisiológico para comer más.
Mala educación nutricional
En la sociedad moderna, te enfrentas a un sinfín de anuncios, declaraciones de salud, declaraciones nutricionales y alimentos poco saludables.
A pesar de la importancia de la nutrición, a los niños y adultos generalmente no se les enseña cómo comer adecuadamente.
Se ha demostrado que enseñar a los niños la importancia de una dieta saludable y una nutrición adecuada les ayuda a tomar mejores decisiones en la adolescencia y la edad adulta (33, 34, 35).
La educación nutricional es muy importante, especialmente cuando se forman los hábitos alimenticios y de estilo de vida que llevarás en la edad adulta.
Enseñar a los niños la importancia de una nutrición adecuada es importante, pero la educación nutricional generalmente no existe en la sociedad.
Ultraprocesados casi adictivos
Algunos alimentos pueden ser francamente adictivos .
La adicción a la comida implica ser adicto a la comida basura de la misma manera que los drogadictos son adictos a las drogas (36, 37).
Esto es más común de lo que piensas.
De hecho, hasta el 20% de las personas pueden vivir con adicción a la comida , y este número sube a aproximadamente al 25% en personas que padecen sobrepeso u obesidad (38).
Cuando te vuelves adicto a algo, pierdes tu libertad de elección. La química de tu cerebro comienza a tomar decisiones por ti.
La comida basura puede ser adictiva, y hasta el 25% de las personas que padecen sobrepeso u obesidad pueden vivir con adicción a la comida.
8. El efecto de la microbiota intestinal.
Tu sistema digestivo alberga una inmensa cantidad de bacterias, que se conocen como su microbiota intestinal .
Muchos estudios muestran que estas bacterias son increíblemente importantes para la salud en general.
Curiosamente, las personas que padecen obesidad tienden a tener una microbiota diferente a las personas que presenta un normopeso (39).
Las bacterias intestinales en personas que padecen sobrepeso u obesidad pueden ser más eficientes en la recolección de energía de los alimentos, aumentando el valor calórico total de su dieta (40, 41, 42).
Si bien la comprensión de la relación entre el peso y las bacterias intestinales es limitada, la evidencia convincente sugiere que estos microorganismos juegan un papel importante en la obesidad (40, 43, 44, 45).
Las personas que padecen obesidad tienen na microbiota diferentea que las personas con normopeso. Esto puede hacer que las personas con obesidad almacenen más grasa.
El entorno
En algunos lugares, comprar alimentos saludables resulta bastante complicado.
Estas áreas a menudo se llaman desiertos alimentarios y se encuentran en vecindarios urbanos o pueblos rurales sin acceso fácil a alimentos saludables y asequibles.
Esto se debe en gran medida a la falta de tiendas de comestibles, mercados de agricultores y proveedores de alimentos saludables a poca distancia.
Las personas que viven en estas regiones a menudo son pobres y pueden no tener acceso a un vehículo para viajar lejos para comprar comida.
La incapacidad de comprar alimentos saludables y frescos limita sustancialmente su dieta y aumenta su riesgo de problemas como la obesidad.
Otros factores ambientales también pueden desempeñar un papel en la obesidad, incluida la luz artificial de las bombillas, ordenadores, teléfonos y televisión.
Aunque el vínculo entre el uso de las pantallas y la obesidad ha sido bien establecido, la mayoría de los estudios atribuyen esto a la falta de ejercicio .
Sin embargo, la exposición nocturna a la luz y los cambios en tu ritmo circadiano interno también pueden contribuir a la obesidad (46, 47).
Los estudios en animales sugieren que la luz artificial puede alterar el reloj circadiano interno, haciendo que los roedores sean más susceptibles a la obesidad y al síndrome metabólico (48).
Varios factores ambientales pueden hacerte más susceptible a la obesidad, como vivir en un desierto de alimentos y exponerse a la luz artificial.
Conclusión
Cuando se trata de sobrepeso y obesidad, hay varios factores en juego, muchos de los cuales están fuera de tu control, incluidos la genética, los hábitos infantiles, las afecciones médicas y las hormonas.
Si bien el sobrepeso o la obesidad pueden no depender directamente de ti, y eliminar el exceso de peso puede ser difícil, si que puedes realizar acciones que te permitan bajar de peso.
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